Mejor me ausentaré por un tiempo, hasta que sienta que el viento dejó de hablarme de ti.
Mejor no recordaré tu cara porque el dolor nunca para cuando me acuerdo de ti.
Mejor no pregunto a nadie con quién estás, no creo poder soportar una herida más, ni una herida más.
Mejor ya no digo tu nombre para que nunca pueda alcanzarme el pasado y me deje encerrado en la oscuridad.
Mejor ya no recorro la casa, porque al final siempre pasa que me dan ganas de huir.
Mejor ya no me pruebo a mí misma, que hago más grande el avismo de donde quiero salir.
Mejor ya no digo tu nombre, porque guarda palabras, miradas, momentos, que viven muy dentro de mi soledad y no puedo aguantar sin ponerme a temblar cuando digo tu nombre.