agosto 29, 2011

Las palabras que custodian al miedo ya se van a callar. En los libros que nunca leí, tal vez, te deba buscar. Y tu voz, mi amor, todavía, a veces suena como un río sin fe.
Y en la multitud, una luz de alcohol me dejaría sin ley. Y por favor escuchame si querés, esta vez... porque necesito verte bien. Sin tus manos voy cayendo sin red en esta cuerda de humo. Y un momento en esta eternidad, esto va más allá, como mi alma se vuelve a iluminar.

Si no fuera porque vos estás, yo no estaría acá.
Desde tus ojos se ve mucho más.

Los afiches a la barra siniestra ya no le sirven más. Y los testigos falsos de la injusticia ya la van a pagar.

Pero tu voz, mi amor, todavía, a veces suena como un río sin fe.