Que se arruinen los canales de noticias, con lo mucho que odio la televisión. Que se vuelvan anticuadas las sonrisas, y se extingan todas las puestas de sol. Que se supriman las doctrinas y deberes. Que se terminen las películas de acción. Que se destruyan en el mundo los placeres, y que se escriba hoy una ultima canción. Que desaparezcan todos los vecinos y se coman las sobras de mi inocencia. Que se vayan uno a uno los amigos, y acribillen mi pedazo de conciencia. Que se consuman las palabras en los labios. Que contaminen todo el agua del planeta. O que renuncien los filántropos y sabios. Y que se muera hoy hasta el último poeta. Pero que me quedes tú, me quede tu abrazo y el beso que inventas cada día. Y que me quede aquí después del ocaso para siempre tu melancolía, porque yo si que dependo de ti. Y si me quedas tú, me queda la vida.